El Zodíaco

La Cosmobiología es una herramienta de auto descubrimiento.

• Los cuatro elementos

La tierra
En primer lugar los signos están asociados a los cuatro elementos tradicionales: tierra, agua, aire, fuego. La tierra, o sólido, es la materia mas pesada, mas compacta, maciza. Es el elemento en que se siembra, que se llena, que se posee y que se absorbe. Es el territorio arriendo y de caza, medida de riqueza y de poder. Es también la madriguera, la cueva, la casa, protección, y refugio contra las amenazas del exterior. Es el subterráneo donde escondo mi tesoro. Poder, estabilidad, centro de gravedad. Tal es el sentido del mito del Ateneo, el gigante de la antigüedad que solo regeneraba sus fuerzas agotadas al contacto con la tierra.
Corrientemente se habla de personas «sólidas». La expresión es sugerente.El agua
El agua, o líquido, es un elemento de mezcla, de amalgama, de comunión, y también de pudrimiento, de disolución.
Para expresar la descomposición moral o física se emplea a menudo el termino «diluir». El agua se asocia a la feminidad: receptividad, apertura, océano, matriz, origen de toda vida. Es la emoción, que se traduce siempre por una secreción, flujo sanguíneo, lágrimas, sudor, liquido seminal. Recordemos, además. el agua del bautismo, el baño en los ríos sagrados, la sangre vertida por Cristo, que rompe el aislamiento del pecado original y nos promete la comunión de las almas.

El aire
El aire es el elemento de la ligereza, flexibilidad, movilidad, liberación, equilibrio, vuelo, difusión.
Nos libra de trabas y de opresiones, es el fin de las ruinas, el aliento de la aventura. Es también la anarquía de las tempestades, la despreocupación de las nubes, la picardía de las brisas, el vacío vertiginoso.
La gran renovación, la tabla rasa. «Ligereza», puede ser a la vez elogio y crítica.

El fuego
Por último el fuego, energía que transforma lo sólido en líquido y lo líquido en gaseoso. Es un elemento de transmutación.
Es el sol, calor y luz, identificado en todas las religiones como el Padre creador del Universo, llama sagrada de Persia y de Roma, Zeus fulminante de Gracia, Zarza ardiente de Moisés, dioses solares de Egipto, de la India, y de los aborígenes de América.
Cuando muestra acción sobre el mundo se intensifica -cólera, exaltación- experimentamos accesos de calor, fiebre.
El fuego destruye y recrea sin cesar. Es también la luz que tranquiliza, revela, impulsa a nuevos horizontes, suscita una nueva dimensión del ser.

Ritmo a tres tiempos

En el transcurso del año, la astrología distingue tres períodos Fuego, tres períodos Tierra, tres períodos Aire, y tres períodos Agua. Y los Elementos se dividen en tres categorías: cardinal, fijo y mutable (o doble).

Signos Cardinales
Los signos cardinales corresponden al comienzo de las estaciones, marcan un principio, un impulso de energía.

Aries -> fuego -> cardinal
Cáncer -> agua -> cardinal
Libra -> aire -> cardinal
Capricornio -> Tierra -> cardinal

Signos Fijos
Los signos fijos corresponden a la mitad de las estaciones, era de estabilización y de plenitud: Tiempo vigoroso donde están exaltados los valores propios de cada estación.

Tauro -> tierra -> fijo
Leo -> fuego -> fijo
Escorpio -> agua -> fijo
Acuario -> aire -> fijo

Signos mutables
Los signos mutables o dobles se inscriben en la fase declinante de las estaciones. Es a la vez su total realización y su muerte.
Géminis -> aire -> mutable
Virgo -> tierra -> mutable
Sagitario-> fuego -> mutable
Piscis -> agua -> mutable

Los doce signos

Aries 21 de marzo al 20 de abril
Con su manera de vivir siempre en el momento presente, con sus reacciones violentas e instantáneas, con la sucesión de sus impulsos, a veces incontrolables, Aries obedece en primer lugar a la sicología del»cabezazo».
Su espontaneidad se convierte fácilmente en precipitación, su ardor su extravagancia y paroxismo, apasionado, ferviente, intuitivo se exalta en la aventura, arrastrado por sus aspectos más inmediatos, más cargados de sensaciones fuertes.
Su carácter es íntegro, sin dobleces, lleno de pureza, a veces brutal. Es un luchador nato, inclinado a las pasiones y los excesos de todo tipo.

Tauro 21 abril al 20 de mayo
Como su nombre lo indica. Tauro, esencialmente, un rumiante; lentitud, pesadez, abundancia, riqueza de formas, densidad de una materia fértil y productiva. Pleno de vibraciones carnales, este signo representa la alegría de vivir, el desarrollo y plenitud de los valores gustativos. Es un sensual en toda la dimensión del término. Obtener, Absorber, digerir, parecen ser los tres principales factores de su vocación orgánica. Codicia y voluptuosidad. Los trabajos difíciles, las tareas gigantescas, lo excitan mas que lo acobardan. Frecuentemente es -en sentido
propio y figurado- una especie de gargantúa.

Géminis 21 de mayo al 21 de junio
Movedizos, rápidos, adaptables, de naturaleza doble, andróginos, inestables, los Geminianos son maestros en el juego sutil del contrario y del complemento. Son funámbulos, arlequines enamorados de máscaras, disfraces y piruetas a veces peligrosas. Acusados a menudo de ser superficiales, dispersos, versátiles, son insaciables curiosos, con un campo de intereses, de atención y de experiencia extraordinariamente amplio.
Su vivacidad, su causticidad, incluso su oportunismo les procuran muchas amistades. Diletantes y virtuosos, su brío y si habilidad fascinan.

Cáncer 22 de junio al 22 de julio
Signo de gestación y de fecundidad, el Cáncer es maternal, lunar, y vegetativo. Es la nodriza que amamanta. Es el confortable calor íntimo del hogar, del recuerdo, del sueño sin límites. De temperamento más bien linfático y un poco narcisista, todo lo impulsa a un mundo fantasmagórico y quimérico, lo que de ninguna manera excluye una fuerte emotividad, pero más bien volcada sobre sí mismo.
Atento a la imagen más que a la persona real. lo que puede desembocar en una especie de «mito manía de la buena fe», a la vez familiar y bohemio, es capaz de todas las ternuras y de todos los desenfrenos.

Leo 23 de julio al 22 de agosto
Leo se sitúa en el apogeo de la afirmación masculina y solar mas deslumbrante. El potencial de dominación y de conquista llega aquí a su paroxismo. Voluntad asombrosa, necesidad de soberanía en todos los dominios, pero también exacerbación del Yo, con una neta predisposición al egocentrismo abrumador y a la tiranía. Ambición desmesurada, sed de poder, pasión por emprender y por realizar, tales son los atributos de este signo, que impulsa a guiar, organizar, gobernar, cuando es capaz de evitar los escollos del nepotismo y de la vanidad hipertrofiada.

Virgo 23 de agosto al 22 de septiembre
Éste es el signo de la economía, del detalle, de la puntualidad, de la preocupación doméstica, de la sobriedad, del repliegue sobre sí mismo, incluso de la timidez. Es el orden clásico y prudente, el buen sentido después de la desmesura. Disciplina, reserva, retención, producen a la vez un espíritu metódico, lúcido, escéptico, una necesidad de respetabilidad, una aplicación, un gusto por los reglamentos no exento de cierto conformismo.
Pero todos estos valores están frecuentemente invertidos, lo que da como resultado un ser ambivalente, contradictorio, preciso e inexacto, mojigato y rebelde, abarrotado de principios y acosado por impulsos destructores, ingenuo e hipócrita.

Libra 23 de septiembre al 22 de octubre
Libra aparece envuelto en fineza, matices, medias tintas, equilibrio. Es el reino del justo medio, de la tolerancia, de la equidad, de la diplomacia. Pero su necesidad de delicadeza y de armonía incita al nativo de este signo a las conceciones, incluso a los compromisos, y corre el riesgo de desestabilizarse, ya que su intenso deseo de complacer a todos puede impulsarlo a ceder más que a afirmarse.

Escorpio 23 de octubre al 21 de noviembre
En la exasperación de las formas que se disgregan, expulsando sus toxinas, de una naturaleza en plena fermentación, el Escorpio esgrime su aguijón de violencia creadora, de destrucción fecundante. Tenebrosa actividad, impulsos agresivos, traducen una insatisfacción profunda, una ansiedad, un dolor de vivir un poco romántico. Comprometido en una incesante entrega a favor del mundo y de sí mismo, este signo es el del desgarramiento y el erotismo, hasta los límites del masoquismo y de una cerebralización torturante. Está cargado de angustias, rechazo de sí mismo, obsesiones mórbidas, vértigo de la nada, y sus motivaciones son el sexo y la muerte.

Sagitario 22 de noviembre al 20 de diciembre
Después de la descarga repulsiva y estimulante de Escorpio, aparece el signo de la profundización y del alejamiento. Ante todo, el nativo de Sagitario toma distancia, abre perspectivas diferentes, exteriores e interiores.
Espíritu leal, caballeresco, enamorado del orden, pero sin mezquindad, la mayoría de las veces cortés y afable, el Sagitario es de una soberana independencia, erige la emancipación en virtud, obedece a impulsos imperiosos y tiene una impetuosidad que llega a la osadía.

Capricornio 21 de diciembre al 19 de enero
Orgulloso, voluntarioso, calculador, el nativo de Capricornio sobre sale en las empresas a largo plazo, los proyectos de lenta pero profundas repercusiones, los éxitos y los honores tardíos. Su mutismo frecuentemente traduce que su pensamiento se dirige a certezas fundamentales. Fácilmente accede a la ascesis y a la vida contemplativa. Su austeridad le procura, a veces, principios difíciles, pero su irreductible firmeza le permite abordar las cumbres.

Acuario 20 de enero al 18 de febrero
Signo de difusión, de expansión del YO hacia el mundo, Acuario tiende a lo universal. A través de una ofrenda de sí mismo, que puede llegar al desprendimiento y a la abnegación, el nativo de Acuario se libera de los lazos materiales y de la opacidad de los instintos.
Su ideal, siempre un poco sobrehumano, lo empuja asimismo hacia una aventura de tipo prometeico. Originalidad, rebelión, excentricidad, futurismo, surrealismo. El acuario se consagra a destruir los caminos trillados, a echar abajo los prejuicios, las tradiciones, las morales establecidas, con una mentalidad de modernidad exaltada, una perspectiva ilimitada de las fronteras de lo posible. Vanguardista y progresista, puede llegar a ser el alma de grandes revoluciones.

Piscis 19 de febrero al 20 de marzo
Advenimiento de lo informe y de lo impreciso, desanudada toda cohesión, disuelta toda estructura en el inmenso domino del océano y del diluvio original, se nos presenta ahora Piscis, que cierra el viejo ciclo y anuncia la nueva etapa. Es, pues, una convergencia, una disolución y una asunción.
Dilatado hasta los confines brumosos de lo impersonal, el temperamento de los nativos de éste signo es esencialmente receptivo, emotivo, impresionable, maneable, con un campo de conciencia excepcionalmente abierto, pero también nebuloso, vacilante, caótico, poco resulto, desordenado, veleidoso, flotando siempre entre dos quimeras, sentimentales o místicas.

• Los Planetas

El desfile de los doce signos del Zodiaco se adapta al ritmo de las estaciones. Por lo tanto, está vinculado con los movimientos y la posición relativa de nuestra tierra.
Con la intervención de los planetas, entramos en la dimensión de los procesos siderales, cuya influencia se agrega a la de los signos, la completa, la intensifica y, a veces, la contradice.
En razón de las afinidades y de las disonancias que se producen entre las tendencias de los signos y las de los planetas, los astrólogos asignan a cada uno de los planetas un lugar particular en relación a cada signo–y a la totalidad–, determinado por el clima psicológico propio a cada uno de los mundos respectivos.

El Domicilio


Entre los llamados planetas distinguimos, en realidad, a dos luminarias: el Sol y la Luna, y a los ocho planetas de la astronomía clásica: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón.
A cada planeta se le ha fijado un domicilio, es decir, un signo donde se encuentra completamente cómodo, pues su coloración armoniza plenamente con la suya. Así los planetas del septenario (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), se repartían a los doce signo antes del descubrimiento de Urano, de Neptuno y de Plutón. Saturno reinaba entonces sobre Capricornio y acuario, Marte sobre Aries y Escorpio, Júpiter sobre Sagitario y Piscis. Faltan todavía dos planetas para que estén iguales Virgo y Géminis -atribuidos a Mercurio-, y Tauro y Libra asociados a Venus.

Actualmente:
Sol->fija su domicilio en Leo.
Luna->fija su domicilio en Cáncer.
Mercurio->fija su domicilio en Géminis y Virgo.
Venus->fija su domicilio en Tauro y Libra.
Marte->fija su domicilio en Aries.
Júpiter->fija su domicilio en Sagitario.
Saturno->fija su domicilio en Capricornio y Acuario.
Urano->fija su domicilio en Acuario.
Neptuno->fija su domicilio en Piscis.
Plutón->fija su domicilio en Escorpio.

El Sol
Astro central. gobernador de todo el sistema, dispensador de luz, calor, de orden y de vida. Representa lo que eleva, ennoblece, preside los grandes valores sociales y morales. Prestigio, fasto, acción grandiosa y espectacularidad. Es el principio generador, masculino, en toda su soberanía, su afirmación orgullosa y una cierta hipertrofia del YO.

La Luna
Reina de la noche, la Luna rige el universo del sueño, la vida vegetativa, los mundos de los sueños, de lo imaginario, de la fantasía y de los impulsos instintivos. Es las parte más anímica, arcaica, infantil, intimista y caprichosa del Ser. Canción de cuna, cuento folklórico, magia, jardín secreto, tales son las tendencias del lunar; ese Pierrot siempre encantador, es de una melancolía tanto más emocionante, cuando ignora su verdadera causa.

Mercurio
Planeta rápido, ligero, nervioso, Mercurio encarna un principio de cambios y de dualidad. Ágil y cerebral, práctico y a veces cínico el mercurial es un acróbata que puede jugar con las palabras y con las ideas (en un brillante discurso escrito o hablado) tanto como las cosas relativas al comercio bajo todas sus formas. Travieso y juvenil, puede ser inestable y disperso.

Venus
Seducción, armonía, comunión, emoción, efusión, tales son los primeros atributos de Venus.
Preocupado ante todo por la simpatía, por el amor, por la voluptuosidad, por el placer, el venusino es un ser pacífico, refinado, que vive en una perpetua búsqueda de placer a través del enervamiento de los sentidos o de la exaltación estética. Rinde culto a la gracia, a la sonrisa, a la belleza.

Venus se aparece a los primeros hombres, de Gustave Moreau.


Marte
Ardiente, violento, combativo, impulso, he aquí al guerrero Marte. Feliz en las tensiones y en la confrontaciones, es portador, inspira y dirige todas las categorías de cólera, agresividad, disturbios. Su energía viril e incontestable. Su mordedura puede ser mortal, pero también auto destructiva. Conquistar, dominar, vengar, luchar, tanto para atacar como para defenderse, Bárbaro o caballeresco, valiente o pérfido, este gladiador es necesario entre los humanos para vencer las dificultades, sobrepasar los obstáculos, destruir las trampas, aniquilar a su peor enemigo que a menudo, no es otro que él mismo.

Júpiter
Autoridad, organización, majestad, síntesis, he aquí a Júpiter, el rey de los dioses. Es la ambición generosa, optimista, confiable, con un apetito poderoso pero benévolo, una alegría física y mental comunicativa, una doble disposición para el aprovechamiento y la filantropía, una dignidad, una autoridad natural condescendiente y jovial. Es la protección, en todos los niveles y en todos los sentido del término.

Saturno
Triste, lento, magro, acerado, frío grave. Saturno no tiene muy buena reputación. Con su reloj de arena y su guadaña, símbolos del tiempo y de la muerte, hay que reconocer que no es muy atrayente. Se lo ve frecuentemente insatisfecho, frustrado, estéril, o también maniaco, egoísta, avaro, ávido y celoso. Ansiedad y desenfreno; un papel siempre ingrato. En realidad, Saturno es ese señor misterioso y saludable que de exceso en exceso, de adversidad en adversidad, a través de un dédalo de dificultades y ruptura conduce a la renuncia, a la cordura y al conocimiento, permitiendo que cada uno se conozca lucidamente y que se asuma tal como es. Él es quien corta el cordón umbilical, como corta el hilo de las horas, los espejismos y las falsas apariencias. Ningún progreso es concebible sin su intransigencia, su rigor y sus apremios.

Urano
Urano representa el hiper individualismo, el poder un poco compulsivo del aprendiz de brujo. Es el impulso vital profundo, en lo que tiene de más errático e irresistible; los instintos más apasionados, los más desenfrenados, que desembocan en el desafío, en el frenesí de existir, en el furor de vivir lo imposible, con peligro de paranoia y de persecución obsesiva. Modernismo, velocidad, «records» en todos los dominios.

Neptuno
Neptuno aporta la adhesión, la identificación, una excesiva permeabilidad a las corrientes, a los medios, a las vibraciones de toda clase. Es el planeta intuitivo y mediúmnico por excelencia. Extraordinariamente maleable y receptivo. el neptuniano es hiper sensible, abierto a todos los ámbitos, disponible para todos y para cada uno. Irracional y visionario, se funde maravillosamente con lo colectivo y lo universal.

Plutón
En los últimos confines del sistema solar y en el corazón de nuestras tinieblas psíquicas, gravita Plutón, el último planeta conocido. Su reino, los infiernos de la mitología antigua, es la gran noche original del inconsciente. Es la zona más profunda de nuestro ser, que contiene todos los tesoros y todas las pesadillas, los monstruos más regresivos y las creaciones potenciales más maravillosas. Dominio metafísico de lo sublime y de lo absurdo, de la metamorfosis, de la crisis y de la resurrección. Itinerario mágico que puede llevar a la neurosis o a la revelación superior.

Las casas

La determinación de las casas o sectores pone de manifiesto, no ya una simbología de las estaciones, sino una Astrología horaria, ya que el ascendente, cuyo punto preciso señala el comienzo de la Casa I, se calcula en función de la hora y del el lugar de nacimiento (longitud y latitud). Una correspondencia general y muy aproximada identifica la Casa I con Aries, la casa II con Tauro y así sucesivamente. Por ejemplo si el ascendente traduce la orientación general de la personalidad, el Yo, «tal como es en sí mismo», el medio Cielo expresa un plano global del destino incluyendo especialmente la profesión, la realización de un talento, el éxito social y humano de una vocación.

A continuación presentamos los diferentes dominios atribuidos a las doce casas:

Casa I (ascendente) Vita
El cuerpo y la vida del sujeto. La apariencia. El comportamiento. Las posibilidades latentes. El Yo y los medios de afirmarlo o de exteriorizarlo. La salud, la vitalidad. La estructura física y mental del ser. El individualismo en sí mismo.

Casa II Lucrum
Las adquisiciones materiales o espirituales. El dinero. Las posesiones, los bienes, la fortuna. Lo que nos procuramos gracias a nuestro esfuerzo personal. Las empresas financieras. Los bancos. Las monedas y metales preciosos, los intereses. Lo que debemos hacer fructificar, las producciones. El comportamiento frente a las condiciones materiales.

Casa III Fratres
Los hermanos, las hermanas, los allegados. Los contactos impuestos. La inteligencia práctica. Los estudios. Los pequeños desplazamientos. Los escritos, la correspondencia, las transmisiones. La prensa, el correo.

Casa IV (Bajo Cielo) Genitor
Las influencias hereditarias. El hogar, la casa, las posesiones mobiliarias. La vida familiar. El ambiente al principio y al final de la vida. Lo que está bajo tierra: pozos, minas, tesoros escondidos…Las raíces.

Casa V Filii
Las creaciones del hombre: arte, hijos, amores, placeres. Las distracciones: juegos, modas, azar. La exteriorización del Yo. Los sentimientos espontáneos. La enseñanza. El impulso vital que puede ser bien o mal orientado. El deseo materializado.

Casa VI Valetudo
El trabajo obligado, El trabajo cotidiano. Todo lo que pertenece al mundo de los subordinados, de las tareas domésticas, de los animales domésticos. El servicio. Todo lo que obliga a una disciplina. La higiene, el cuidado del cuerpo, la alimentación, la dietética. La medicina y sus anexos. La dependencia. Los trabajos manuales. Las pequeñas enfermedades, la salud.

Casa VII (descendente) Uxor
El otro, los otros, El matrimonio, las asociaciones, los contratos. Los enemigos declarados. El mundo exterior. Los procesos. Todo lo que une o separa el yo de los otros. Los contactos elegidos. El deseo de relaciones sólidas o legalizadas. Lo complementario.

Casa VIII Mores
La muerte las transformaciones. Lo oculto, el más allá. La sexualidad, las pasiones. Todo lo que aleja al ser de la vida «normal». Los testamentos y las herencias. El suicidio y las desapariciones. Las renuncias a las cosas materiales (casa III). La potencia psíquica.

Casa IX Peregrinationes
El ideal. La evasión. Los grandes viajes del cuerpo o del alma. Todo lo que se nos escapa, lo lejano. Los estudios superiores. Lo que obliga al hombre a elevarse: religión, investigaciones, filosofía, las leyes. Magistrados, sacerdotes, árbitros. El extranjero y los extranjeros. Las exploraciones.

Casa X Regnum
La situación social. La meta. La ambición. Los honores. La afirmación exterior y personal, el rechazo de las influencias (casa IV). El destino. EL triunfo, el éxito. La celebridad.

Casa XI Amici
Los amigos elegidos, Las protecciones. Las reuniones, las esperanzas, los proyectos. La clientela. El amor espiritualizado, la elevación de sentimientos. La objetividad, la indulgencia, el equilibrio. En oposición a la casa V, los sentimientos meditados y dominados. El platonismo.

Casa XII Inimici
En oposición a la casa VI: lo que es más grande que uno mismo. Grandes adversidades, grandes enfermedades, animales salvajes. Todo lo sórdido y oculto: cárceles, hospitales, lugares donde se sufre. La devoción, el sacrificio. Todo lo que se opone a lo cotidiano, lo sublime, el heroísmo, el desprendimiento. La soledad, el aislamiento, El Karma.

• Los aspectos

Según el punto donde se sitúa cada planeta en el cuadrante zodiacal, en el momento del nacimiento del sujeto, los astros forman entre ellos, en ciertos casos. ángulos considerados armónicos o disonantes. Una vez más, no se trata de juicios absolutos, que decreten abruptamente «tal relación es buena, tal otra es mala». Estos ángulos, o Aspectos, representan, más bien, campos de relaciones fáciles, armoniosas(a veces sinónimo de una cierta simpleza) y factores de probabilidades conflictivas ( a menudo fuente de riqueza y de complementariedad). Citaremos los cinco principales aspectos, que son: Las conjunciones, Trígonos y Sextiles (armónicas). Las Oposiciones y cuadraturas (disonantes).

Fuente: Libro Zodiaco 2000 – Catherine Aubier.

1 Response so far »

  1. 1

    Nancy said,

    Me encanto su página muy claro todo se entiende fácilmente, felicitaciones y gracias por su dedicación.


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